jueves, 19 de noviembre de 2020

La siesta de un fauno | L’heure fauve

 


Hay un arroyo que ha descendido por la ladera y la altura de un castaño de Indias tiende su generosidad hasta la orilla. Unas zarzas con el fruto granado. La canción de los vencejos. Una luz sobria al mediodía. Hay, de repente, un ramillete de sentidos que se puede recolectar entre el verdor. Y entre los signos, uno cuyo destello por su candor deslumbra. La espera tiende una manta sobre la hierba y le ilusiona desconocer lo desaparecido. Habrá una danza y un escenario para la danza, réplicas que alguien dejó escritas, una certidumbre. No habrá existido lo que existió.