jueves, 4 de agosto de 2016

# 562


Ángeles del presente, los gatos se detienen para descubrir el sentido de una realidad que desconocen. Escudriñan el espacio. Atienden a movimientos y olores, se diría que los estudian antes de actuar. Cartografían lo que descubren. Lamen el hocico de la camada para contarles los nuevos significados. Su erudición les sosiega. Saben que son capaces de discernir cuanto ocurra, no por el mero hecho de ocurrir, sino porque lo que acaece transforma el retrato del instante. De nada le vale al gato lo que supo, y lo que venga valdrá en razón de lo que ahora sea capaz de mostrar.