lunes, 8 de junio de 2015

Becqueriana / 70


Escribo durante la tarde. La describo para ti. Los pequeños incendios de luz que deja el último sol primaveral sobre los tejados de la ciudad. El aleteo de los gorriones cuando el ladrido de un perro les asusta y son tantos los que abandonan la copa del plátano que parece que es el propio árbol quien echa a volar. En un cuadrado de texto que esculpo con paciencia de artesano voy tallando la tarde. Para que la conozcas cuando regreses de tus tareas. Aunque se quede el cuaderno cerrado y la lamparilla apagada, para que la reconozcas cuando me abraces.