jueves, 27 de noviembre de 2014

Becqueriana / 55


Los días de lluvia imprimen un pequeño diccionario. Con sus tapas de color de nube, el papel con tacto de agua y la tipografía de moras silvestres en los taludes del camino. Cada tarde sale de la imprenta un nuevo volumen que se añade a la colección en los estantes de la memoria. Nuevas palabras, nuevas definiciones. Las escriben los gestos. Las manos en la melena. Un pie adentrándose por la pernera de los pantalones. Hombros contra otros hombros de quien baila de espaldas. Cada inventada caricia requiere un término. Su etimología. Los prefijos. Una manera intensa de ser vivida.