viernes, 30 de agosto de 2013

Becqueriana / 28


Bajo el puente de las piernas fluye una corriente de versos destilados al amanecer entre los suspiros de un abrazo. Presagio de las aves que despertarán la luz sobre los prados y profecía de las manos que anhelan entrelazarse para contemplar los crepúsculos. Con la cascada de agua de una melena manan las palabras que cosquillean el papel donde han sido escritas. Su dicción transforma la ventolera del tiempo que eriza las aguas en una suave brisa que las detiene. En el valle de los brazos abiertos crece la hierba con el empeño de chiquillos que colorean dibujos. El poema.