jueves, 25 de octubre de 2012

1831


—¿Vienen hacia aquí? 
—No, creo que han subido unos por Santo Domingo y otros por la Bola. 
—¿Son muchos? 
—Un batallón. Lo que traen de costumbre. 
—Exagerados. 
—Nos tienen miedo. 
—Si somos cuatro gatos. 
—Sí, pero no llevamos la munición a cuestas. 
—La encontramos allá donde pisemos. 
—Fíjate. Qué hermoso. 
—Tallado tan a propósito para una honda. 
—Para una mano si me apuras. 
—Y debe de doler cuando golpea la frente, ¿verdad? 
—Más que una bala. 
—Y debe de ahogar cuando se hunde en el pecho. 
—Seguro. 
—¿Y si impacta en el corazón? 
—Lo destroza. 
—Adoquín, te llamas Epifanio Mancha.