lunes, 27 de febrero de 2012

El partido (Lírica vs épica)

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El 0-0 preocupa. El 0-1 ya angustia al equipo local y a su afición, que muerde bufandas, banderas y gorros. Un gol en contra es el resbalón que les precipita en el pozo del descenso. No hay dónde agarrarse en el despropósito de balones perdidos y pases inútiles. Quienes juegan con el 0-1 no solo pierden un incentivo, también intuyen la amenaza de un bajonazo en la ficha. Y de repente, el gol. El empate. Los jugadores del banquillo saltan a abrazarse con sus compañeros. Todos alborozados, menos uno, que pregunta: «¿Qué ha pasado? ¿Cómo vamos?». Y me miran mal.