domingo, 27 de diciembre de 2009

Lectoras

Reginald Marsh (1898-1954)
Los Marsh, ambos pintores, vivían en París sobre un Café cuando nació Reginald. Y aunque enseguida se fueran a América, los griegos sabían que los signos irradian desde el nacimiento: la mirada de sus cuadros se intuye casi siempre sentada en la butaca de un Café con el asa de la taza sujeta por dos dedos. Marsh pintó neoyorquinas —a un lado y otro de la cristalera—: madamas fatales muy vestidas y con paso firme por la calle, o la inocencia desnuda entre trajeado hieratismo. Y pintó, sobre todo, lectoras —en el metro, de pie—; diosas sobre sí mismas.