jueves, 19 de marzo de 2009

Las vistas pobres










En las calles estrechas, las ventanas de hotel familiarizan al viajero con los interiores vecinos que no tenía previsto visitar en la ciudad. Le muestran, en detalle, la suciedad que cualquier saliente urbano acumula y la curiosa variedad de objetos que han elegido aquel rincón para permanecer en su abandono. Como símbolo, es fácil que lo desprecie ante las expectativas del catálogo monumental que le aguarda. Como recuerdo, ni siquiera lo mira con intención de otorgarle ningún privilegio. Y mientras sale del cuarto arrastrando la maleta, el visitante ordena mentalmente las experiencias vividas, y las vistas pobres ya ha desaparecido.