Queridos Reyes Magos: Os escribo para pediros que este año ni se os ocurra traerme nada. Pero nada de nada. Ni siquiera carbón. No deseo ningún regalo en 2025. Ninguno, ¿lo tenéis claro? Ni pondré zapatos en la ventana, ni platillo con pistachos, ni agua para los camellos. Os pido que paséis de largo. Que paséis de mí. Este año estoy enfadado. Muy enfadado. Con un mal humor insoportable. Y por nada del mundo querría que un regalo vuestro, cualquiera que fuera, apareciese delante de mí y me provocara en el rostro una sonrisa de felicidad. Por nada del mundo.