domingo, 29 de diciembre de 2024

Bye bye 2024



Ni sé cómo llegamos a aquella conversación precisamente el día en el que nos conocimos. Ocurrió por casualidad. No tenía previsto entrar en la cafetería, pero al pasar por delante sentí una urgencia súbita, aumentada por la posibilidad de saciarla solo con girar el cuerpo y acceder. Pedí un café en la barra y fui directo a los servicios. Al volver, el café humeaba donde lo había pedido, pero alguien bebía el suyo delante. No sabía si enfadarme o ser cortés. El caso es que nos pusimos a hablar, y de inmediato, sobre el secreto encanto de lo que acaba.