viernes, 10 de marzo de 2023

Libros | 3



Tiembla el papel con el temblor de quien lee. Solo la luna los contempla pasar entre la copa de un tilo y la de otro, por la senda más solitaria. Van abrazados y avanzan despacio, con la ansiedad de hallar una penumbra acogedora. Se apartan. Que el sonido solo sean sus pasos, roces y gestos. Acumulan tantas caricias por entregar en las manos que les entorpece cualquier movimiento. Por mirarse a los ojos se detienen, o para decirse retales de palabras. Cada lápiz del plumier del momento pinta de un color la oscuridad. Al dibujo algún día lo llamarán memoria.