domingo, 20 de febrero de 2022

Cuentos del hada jubilada (quincuagésimo séptimo)



Agosto es un mes cansado. Solo le gusta descansar. Por la mañana, por la tarde. Por las noches despierta de su pereza congénita y acude allí donde escuche alboroto. Disfruta bailando canciones de pachanga con una camisa de flores tropicales, pantalones cortos y calcetines estirados hasta debajo de las rodillas. Agosto es un mes lechuguino. No soporto su carácter, pero aprecio la manera voluptuosa de descansar que sostiene como filosofía. Me acuesto con cualquier pretexto en la tumbona por ver pasar las nubes que van de camino hacia otros meses más formales, y tal vez más elegantes, pero menos irresponsables.