sábado, 2 de enero de 2016

1616

Juan de Tassis, Conde de Villamediana, duerme en un palacio florentino 

Reposado apresuramiento, impulso en calma. Estos mármoles, los jaspes estos. Algarabía serena, pasmada celeridad. La voluta de humo dorado, el salto del corcel impertérrito. Estos suelos donde los sentimientos atrapan la piedra, estas paredes donde los lienzos se iluminan con vigilias soñadas por un ahogado. En el centro los baúles, sin deshacer, y entre las ropas, acaso pasto de la misma polilla, las cenizas de un tiempo ajeno al tacto, al olor, a las voces que le otorgaron realidad. Este flujo de sangre petrificado, los carraras estos que estancan el desbordamiento aquel. La paz en el tapiz de una batalla.