jueves, 24 de septiembre de 2015

Falden engel, 12


Taparse, como quien se cubre con una manta; acaso, sumergirse. Dejarse invadir por la levedad de granates y ocres, por su frondosidad ahora a merced del viento. O de las botas de los caminantes. Caer cuando caen. Sentir el otoño como una huida. El río detenido que de repente alcanza el mar. Un mar amarillento, castaño, rojizo. A merced de la intemperie. Casi duna en lugar de mar. Crepitación, chasquido, rumor. Suelo sin rigor de suelo. Sin el estiramiento. Montón que se hunde con el peso vertical, cúmulo que incita a desaparecer. Arroparse, desnudarse quizá, con las hojas que caen.