miércoles, 3 de septiembre de 2014

Café il tempo 01


Se me ocurrió fotografiar un reloj en plana calle cuando fui a mirar la hora y vi que estaba parado. Me dio la impresión de que llevaba tiempo detenido. Alcé la cámara y capté el instante. Estaba contento con la foto, pero no sabía bien por qué. La inercia me llevó a fijarme que las calles de la ciudad están llenas de relojes, la mayoría en hora. Seguí fotografiándolos. Cuando revelé el carrete descubrí una obviedad que se me había pasado por alto. No distinguía qué relojes funcionaban y cuáles no. En las imágenes, todos los relojes estaban parados. Siempre.