lunes, 3 de diciembre de 2007

Querido Alberto:

Lo que te ocurre con los libros ya no le pasa a nadie. Mera artesanía, tecleo a peso, ¿qué efectos puede tener en uno algo así? Tus libros son antiguos. Cuando no se soñaban ante una pantalla, sino con tinta, émula siempre de la sangre. Hoy no se escriben libros con la vida, sólo con la literatura. Por eso no dejan secuelas en nadie, salvo en ti. Que no los escribes, los encarnas. Así eran los escritores entonces. Tenían biografía. Hoy tienen currículos. Por eso los libros cada vez se parecen más a los periódicos y menos a los libros.