domingo, 14 de enero de 2024

Microlecturas | 34 | Castigado sin dibujos



Julio José Ordovás (1976) recrea su infancia en un pequeño pueblo aragonés como quien abre una vieja caja de hojalata y descubre el diamante con el que de niño jugaba a las canicas. Con la ingenuidad de la edad, aderezada con la mirada irónica del adulto que prefiere aparecer poco, el autor evoca con delicadeza los sentidos que fue atribuyendo al mundo que iba descubriendo: «¿Cómo podía uno aburrirse habiendo tantos misterios por explorar? En el pueblo solo se aburrían los perros. Y los veraneantes». De fondo, se trasluce la infancia de la Democracia. Libro escrito en estado de gracia.