martes, 5 de noviembre de 2013

Marta

Anne: Villaine, thou know'st nor law of God nor Man, 
No Beast so fierce, but knowes some touch of pitty. 
Richard: But I know none, and therefore am no Beast. 
 Ricardo III (I,2) 

Ana en el lecho del deforme Ricardo, tras haberle confesado el homicidio del rey, del príncipe de Gales, su marido, y de su padre. «¡Pero fue tu belleza la que me impulsó!». Aún tuvo fuerzas Ana para responderle: «¡Si creyera eso, asesino, te juro que estas uñas desgarrarían la belleza de mis mejillas!». Poco después yace junto a Ricardo, duque de Gloster, futuro rey y esposo. No veo la moraleja por ninguna parte. La vida que va tragándosela a una con el engranaje mecánico del deseo sin piedad. Del deseo ajeno y de la piedad propia. Una asimetría que devasta.