domingo, 24 de diciembre de 2023

Pequeño cuento de Navidad



De la vela cuya mecha apenas consigue mantener la llama sobre los chorreones secos de la cera consumida solo se espera que sea capaz de prender la nueva que, enhiesta, anhela sustituirla en breve. Su intensidad revivirá la luz sobre el presente. A este paso hay quien lo denomina rito y celebra, con el tránsito, una creencia: la certeza de que es posible la permanencia. Y, de hecho, lo es. Aunque quien incline la antigua vela sobre la incólume no logre que esta se encienda mientras la primera se apaga. Aun quemándose los dedos en la operación, tampoco nada significará.