jueves, 27 de agosto de 2020

Cuentos del hada jubilada (undécimo)



En un banco de estación descansa la tarde nubosa. Gesto de despedida. La mujer que se ha sentado a su lado lleva un ramillete en las manos. Flores menudas, silvestres, de las que nacen en los taludes ferroviarios. Se cruzan las miradas, la mujer sonríe. La tarde nubosa no sabe cómo corresponderle. El rostro adusto, la luz metálica, el relente en sus ropas, pero agradece el gesto. Le ofrece a cambio del ramo una hora. «Luego llegará el expreso nocturno». «Pero aún falta una hora», grita la mujer de falda azul cuyos pliegues bailan sobre el andén que abandona corriendo.