lunes, 1 de junio de 2020

Cuentos del hada jubilada (primero)



En el interior de las palabras existe un melodioso silencio. Esferas de arcilla que antiguas manos modelaron y dejaron después que se secaran al sol. Con frecuencia, en su intercambio constante, solo se las conoce por la cápsula de loza que las envuelve. Algunas se han quedado apiladas en almacenes sombríos. Otras, padecen la erosión del uso fugaz, siempre toqueteadas. Es lo que me contó mi nueva compañera de pupitre. Me propuso que las rescatáramos juntas. Unas, de la oscuridad; otras, de la intemperie. Y nos tumbamos tantas tardes a escuchar lo que las palabras desde su silencio nos dicen.