miércoles, 19 de agosto de 2015

Becqueriana / 76


Las rendijas de la persiana cuelan con la luz una imagen abstracta de la realidad. Entre las tiras negras brillan verdes luminosos donde da el sol y verdes apagados en las sombras, azules centelleantes, destellos color teja y otras mezclas cromáticas difíciles de definir. Sus líneas paralelas trazan en la pared un dibujo geométrico de una escuela pictórica formalista. En medio se encuentran los caminantes inadvertidos del museo de arte contemporáneo de las tardes de verano. Un mismo pintor capaz de desarrollar con una única pincelada dos estilos contrapuestos. Igual que los cuerpos, a veces, que siendo dos devienen uno.