sábado, 2 de marzo de 2013

«Aracne», de José Antonio Moreno Jurado, en Paréntesis, Sevilla, 2011


Antes que una autobiografía más, Aracne es casi un manual de lo que de verdad le interesa a la literatura de una vida. El tono lírico para evocar la infancia y los hechos felices, la contundencia narrativa del relato para explicar los acontecimientos, la perspicacia para desvelar la intrahistoria de los conocimientos, no los conocimientos, y finalmente la reflexión —a veces casi ensayística, otras casi filosófica, moralista— como reflejo de la madurez, porque acaso eso sea vivir después de la vida: descubrir el sentido de lo vivido. Cada época se amolda al género literario que más le puede interesar evocarla.