viernes, 28 de septiembre de 2012

Intemperie / 7


Cuando se agrupan, los humanos tienden a formar triángulos. Unos ocupan el vértice superior; la mayoría la base. En algún lugar profundo estará inscrita esta figura. Cuando se trata de poder, dinero y tantas otras cosas, parece muy claro desde dónde se rige el triángulo. En cuestiones de arte e inteligencia —tal vez incluso en política— no resulta ya tan evidente que el prestigio se ubique en el vértice. Se tiende a pensar que es así. Así se narra el pasado. Pero desasosiega ver que tantas veces el punto rector, la impuesta excelencia, se sitúa a mitad de la hipotenusa.