—¿Qué le has pedido a los Reyes?
—Un libro.
—Anda ya, un libro. Esas cosas no son de pedir a los Reyes.
—Ya.
—Una muñeca. Eso sí. Y un cochecillo para pasearla.
—Pero es que.
—O se les pide alguna ropita. Un conjunto mono. Una chaquetilla guay. Ahora hay cosas preciosas.
—Sí, es cierto.
—De acuerdo, volvamos a empezar. ¿Qué les pides a los Reyes este año?
—Un libro.
—¿Solo? ¿O también alguna cosilla más?
—No es poca cosa.
—Bueno, hay libros y libros, ¿y de qué autor lo quieres?
—Mío.
—¿Tuyo?
—Sí, les pido que me ayuden a escribirlo.