martes, 5 de diciembre de 2023

Cuentos del hada jubilada (septuagésimo noveno)



No he parado hasta conseguir una pecera. Una bola de cristal llena de agua con un pez anaranjado dentro. La mía la dejo llena de aire, y ni siquiera he colocado un pajarito. Solo me sirve para contemplar el vacío. Ahora que no cumplo horario de hada ni acudo a reuniones del sindicato de magos, he decidido convertirme en arúspice. Desvelar el porvenir en hígados de vaca me parece algo fascinante, aunque no tengo paciencia para limpiar la sangre de las vísceras que compre en el mercado. Así que leeré el futuro en la nada que encierra mi nueva pecera.