sábado, 1 de julio de 2023

Cuentos del hada jubilada (sexagésimo octavo)



Ahora que estoy muy jubilada, y ya no se me requiere para maravilla alguna, contemplo la ciudad desde el balcón. Fue casi instantáneo mi abandono de la práctica de la magia oculta y el que los elfos encontraran empleo y los gnomos pudieran ascender en el escalafón. Pensé que me dejarían en paz. Pero aún me rondan los duendes con atravesada mirada, y me pregunto qué querrán de mí, ahora que ya no atesoro nada. ¿O sí? Miro alrededor: este balcón, la tumbona para leer, la cocina donde me preparo un daiquiri. ¡Mi pisito de hada boomer en el centro!