viernes, 5 de noviembre de 2021

Cuentos del hada jubilada (cuadragésimo sexto)


Los días. En una época fueron un estuche con colores para pintar, un lápiz para escribir en papelitos muchas veces doblados y el anillo de plastilina de quien conserva un recuerdo que ha olvidado. En el fondo del cajón de la cómoda dedicado a guardar trastos, ahí se quedó junto a otros atributos de la infancia. En la edad adulta ya no se pintan los días, ni se escriben secretos en caligrafías confidenciales y la memoria entera permanece apretujada en aquel cajón que sirve para todo lo inservible. Aun así, los días continúan siendo el estuche que ya no está.