martes, 27 de abril de 2021

Saul Leiter's hideout. Woman Waiting, 1958


A quienes les gusta perorar sobre la cotidiana felicidad que reside en los detalles de la vida suelen olvidar este principio: Hay que llegar antes que la persona esperada. Y luego caminar sobre este lío conceptual sin tropiezos: hacer como que la persona a quien se espera no ha llegado cuando en realidad el motivo de la espera está escondido enfrente, en espera también de la persona que no ha llegado, y mientras espere se colmará la presencia que habrá de concluir con la llegada de la persona esperada y el abandono de aquella espera esperanzada en que nadie llegue.