miércoles, 10 de marzo de 2021

Cuentos del hada jubilada (vigésimo noveno)


Jugar es la forma de tomarse en serio el mundo. El espíritu infantil que no desparece con la infancia, sino que se transforma en una manera de sentir que no cree que la realidad sea la única responsabilidad del alma. La lectura imaginaria del tiempo es posible. La risa como crítica es viable. El lenguaje entendido como carrusel deleita. Uno monta un caballo blanco, con las crines al viento; otro, un camión de bomberos, con su campana enloquecida. Y las vueltas del tiovivo escriben un presente puro, que ni siquiera va a necesitar memoria, por su cualidad de tiempo continuo.