lunes, 14 de diciembre de 2020

Cuentos del hada jubilada (decimonoveno)


 Abandonado entre las flores queda un botón de oscuridad que la noche olvida recoger. La abeja lo encuentra. Sin atreverse a acercarse, se acerca. No percibe aromas en las inmediaciones ni su color presagia dulzores. Es más bien un agujero mal colocado en la realidad. Algo atrae al insecto hacia el fragmento oscuro. Tampoco es sonido ni textura. Quizá sea una idea, quién sabe. Pero lo cierto es que nada de cuanto ve delante está contemplado en las instrucciones del trabajo que en nombre de la reina de la colmena desempeña a diario. Y si fuera algo prohibido, ¿cómo perdérselo?