jueves, 19 de marzo de 2020

1432 | Íñigo López de Mendoza le escribe una carta a su amigo Ausiàs March



No ser señor de este tiempo ni de aquel. Oler el mar de Gandía en una gavilla de cebada. Escribir en castellano y cantar en provenzal. Montar a caballo una mañana que congela los alientos y añorar el azote de las llamas en el rostro que descansa sobre la caricia octogonal de una alfombra trenzada en Alcaraz. Pensar como un pastor en sus majadas y hablar como un caballero en sus dialectos. Ser del presente y no andar con las sombras. Haber ganado una batalla contra el silencio del bosque. Pero siempre, sin ser Pelayo, presto a abandonar la montería.