lunes, 13 de agosto de 2018

Fenomenología



La escritura de la madrugada filtra una hebra de luz entre las consonantes; y las vocales, aún por despertar, se mueven inquietas en el pensamiento. El reflejo de las flores silvestres, que desde el sábado habitan un jarrón sobre la cómoda, avanza por el aire todavía en pijama. La ropa me espera engalanando una silla, que se mira en el espejo del armario y se ve como le gustaría aparentar siempre. Las aves continúan desaparecidas en el incógnito lugar donde pasan las noches y en un lejano hangar un conductor arranca el autobús de línea al que he de subir.