martes, 12 de diciembre de 2017

Dietario de sensaciones, 37



Estoy a la espera. La tarde se enreda en sí misma y esparce azules luminosos entre los edificios. Me entretengo desenredándola mientras aguardo que empiece el tiempo en el instante en el que aparezca por la puerta. Trato de desenmarañar los nudos que han hecho los transeúntes en sus rumbos desorientados. O de destrenzar los ruidos del tráfico que se han acumulado en el aire sin voluntad. Son distracciones de quien espera y busca descubrir un sentido en la realidad que le rodea. Hasta que aparece y los propósitos se quedan junto al revoltijo en el que se habían convertido.