jueves, 1 de diciembre de 2016

Biografía de la mirada (& VIII)


Solo con un aumento consigue verlas, mientras caligrafía las letras sobre el cuaderno, pero con el cansancio a veces abandona la lupa a un lado, sobre la mesa, ensanchado grietas y manchas antiguas, y escribe de memoria. Al amparo de la niebla perpetua de su vista. Y cuando han quedado ahí, en el papel, las palabras desaparecen de su cabeza volátil, tan suya como en ocasiones propiedad de un desconocido. Ahí permanecen para quien quiera leerlas, pero no para él, que las repasa, lupa en mano, una y otra vez, sin identificar trazos ni nociones, inútil paleógrafo de sí mismo.