martes, 28 de junio de 2016

# 558


Los caminos, tanto aquellos que se recorren a través de sendas silvestres, entre la umbría de enigmáticos sonidos, o por los campos luminosos, donde los cereales aprenden del sol a elaborar dorados; como los que se han de recorrer aún en busca de fuentes apartadas, que manen al pie de algún laurel, o de viejos molinos que sostengan su hidalguía piedra sobre piedra, o de claros de bosque silenciosos moteados por flores diminutas de rara belleza. Los caminos, los pasados y los futuros, están entre los dedos, abierto el cuaderno, ahora, en este instante, cuando la pluma empieza a escribir.