sábado, 19 de marzo de 2016

1960


Tal día como hoy también cayó en sábado. Por la plaza Orfila apenas pasan transeúntes, una Vespa traquetea el aire. Desangeladas islas que asedia el oleaje del empedrado. Una la preside un simple farol. En la otra, la boca del metro por donde aparecen dos sombras apresuradas. Delante asciende mi padre, cabizbajo, nervioso; detrás, la mujer, que va a lo suyo. En la mano, el maletín sanitario. Es la hora de comer. En los árboles, secos y clamorosos de la plaza hay lunares verdes a punto de brotar. El sol se entretiene contando palomas. Y yo, con ganas de llorar.