domingo, 24 de agosto de 2014

«Livro de afectos», de Rui Caeiro. Edición del autor, 1992



El título, que me sedujo desde que lo vi en una bibliografía, nombra la sorpresa. Entre la madre —primer afecto— y los libros aún no escritos —el postrero— están presentes todas las variaciones del amor y de los amores (o amoríos). Se agradece que en ese recorrido haya poemas, de una ternura estremecedora, dedicados a las prostitutas del Bairro Alto, en Lisboa, insignes docentes en la educación sentimental de la época. Y en medio, poemas memorables: una última carta a un amor recién inventado, el encomio de los borrachos, los autorretratos. Los afectos: la estela de los amores que partieron.