sábado, 16 de noviembre de 2013

Humo


He vuelto a fumar, en un sueño. Golpeo con el dedo la parte superior de la cajetilla y asoma la embocadura del cigarrillo que extraigo con deleitoso gesto. Un ducados. Blanco hasta el filtro. Busco con qué encenderlo. La ruedecilla del mechero gira, pero no hay chispa. En la cocina una cerilla me proporciona una súbita llama redentora. Regreso por el pasillo exhalando el humo de una calada de mejillas hundidas. No necesito salir a la calle ni al balcón para fumar. Los cigarrillos consumidos en los sueños no dejan hedor a tabaco rancio ni grises vestigios en la alfombra.