miércoles, 22 de mayo de 2013

Una habitación de hotel en Málaga

 Para o JLBG 

No es por el color mustio del papel pintado, tampoco por el tacto acrílico en las cortinas, pero siempre impregnan con su tristeza. Digo yo que quizá sea porque las habitaciones de hotel son lo más parecido que exista a nosotros mismos por dentro. El huésped que acogió ayer nuestra alma, sus emociones o pensamientos, ya no está hoy, cuando entra otro con un presente que dejará de serlo cuando salga mañana por el pasillo arrastrando una maleta. E igual que en la memoria, del visitante quedará solo la melladura en el mueble donde se dio el golpe al pasar.