sábado, 1 de diciembre de 2012

Palabras con agua


A la lluvia le gusta escribir. Sobre el cristal de las ventanas, en la carrocería de los vehículos imprime sus obras. Y en cuanto cae sobre un papel se le escucha el taconeo de gozo con que lo hace. Sabe trazar una hendidura en su superficie, como hacía la vieja tipografía, luego la redondea. Y, sobre todo, si hay algo escrito, lo desdibuja hasta borrarlo. Lo que la lluvia escribe prevalece sobre cualquier tinta. Y al día siguiente, cuando el papel se haya secado, quedarán grabados sus signos, una iconografía casi cuneiforme que es secreta y es también para siempre.