Ignacio Fortún. Retorno, 2005
El proceso creativo de Ignacio Fortún empieza ante una plancha de zinc, con su resplandor mate intacto. Sobre ella, con un punzón, realiza incisiones y rayados sin ninguna orientación previa. Reproduce sobre la plancha, a continuación, un pequeño boceto, figurativo, realizado antes de elegirla. A partir de este momento empieza el arduo trabajo pictórico, reelaborando formas y colores hasta conseguir la integración de las incisiones expresionistas con el dibujo figurativo. Se diría que no renuncia a ninguna tradición artística. A este proceso plástico Fortún le añade otra secuencia, su constante reflexión, lírica, sobre la memoria. Como un escritor de trazos.