miércoles, 24 de agosto de 2011

Mínima berlinesa. Los amores muertos

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Como los amantes que únicamente conservan separaciones y divorcios del intenso fulgor de sus pasiones, Berlín sólo muestra el polvo calcinado de sus febriles amores con la historia. No despreciaba don Juan a las mujeres engañadas, sino al curso de la vida, que tiene en el tiempo su esencia. Eso es don Juan, la experiencia amorosa que prescinde del tiempo. Berlín padece otro tipo de don juanismo con su pasado: la de quien ignora la lenta sucesión del tren mercancías del tiempo, y por ello todo lo brinda a la inmediatez de lo intenso, llama prodigiosa y breve, hoy calcinación.