domingo, 1 de agosto de 2010

Cœurs périphériques: yeux

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Musée du Louvre

Algo dejó sin aclarar Petrarca sobre los ojos: ¿los que aman con tanta intensidad son los mismos ojos que el labriego entorna cuando aventa el grano sin impedir que el polvo del cascabillo los seque e irrite? ¿Los mismos que acarician sobre el pergamino el nombre de la amada son aquellos que en la era giran al sol, atados a la abrupta geografía de costras que cubre la grupa del mulo? Los ojos sacian, dijo Petrarca, y a pies juntillas le creo mientras quien sube a la cabina de la cosechadora protege sus ojos con unas gafas. El mirar colma.