domingo, 8 de agosto de 2010

Cœurs périphériques: mains

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Musée du Louvre
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Bécquer las había pensado como avanzadilla que explora y aprueba las condiciones de paso del grueso de los sentimientos. Pero las manos rara vez van al frente y cuando lo hacen fundan la parodia. Las manos son la retaguardia del amor: sólo llegan al campamento cuando la luna está muy alta y capitanes y soldados duermen junto a las brasas de lo que fue calor, cocina y memoria. Se reparten sin chistar las sobras de la cena y viendo rendidos al sueño los vigías y extenuadas las palabras, ellas, las manos, se convierten en las únicas centinelas de lo ocurrido.