lunes, 25 de febrero de 2008

El círculo mágico del fragmento

Leo los microgramas de Walser. A Benjamin le parecían mágicos estos fragmentos donde el escritor, en su taller, integra, «los duros reveses de fortuna o el dulce sueño». ¿No parecen textos de un blog escrito a lápiz? Los Diarios de Kafka, Libro del desasosiego, Dirección única, Breviarium vitae, ¿no serían hoy nombres de algún blog? La pregunta es, en efecto, irrelevante. Más interés tiene darle la vuelta a la cuestión: ¿Puede un blog convertirse en un modo de trabajar el fragmento que sea —como quiere Gil-Albert— una «especie de compendio que nos asegura al andar que todo viene con nosotros»?