martes, 18 de julio de 2023

Cuentos del hada jubilada (septuagésimo segundo)



Como irse a vivir fuera de la ciudad, a un suburbio que queda lejos del lugar de trabajo, con pocos servicios, ningún consultorio, un abúlico supermercado y aire no del todo más limpio por las fábricas que, construidas en la distancia, el urbanismo las ha saltado para seguir expandiéndose. Tal que así fue abandonar el territorio de la infancia donde tan risueña había crecido. De repente, un depender del horario de los trenes, del retraso de los autobuses, de la previsión de las compras, del olvido de los espectáculos, del vacío de las calles. Adolescente que se revienta los granos.