sábado, 1 de octubre de 2022

Modelo / 1



Quien levanta la vista para no ver el suelo cuando se ata el cordón del zapato no soy yo, aunque los signos que anudo en cada frase lo simulen. He de confesar, antes, que soy quien ha franqueado la puerta y, porque conoce los cielos, camina con los ojos fijos en las baldosas del corredor principal. En sus grietas y erosiones trata de descifrar vestigios del tiempo. Quien ha de volver a cruzar la doble puerta, en camino inverso, cuando haya concluido la visita. Pero en este momento soy quien con la mirada busca sondear lo que encierra un paréntesis.