viernes, 10 de septiembre de 2021

Diario — 1944 : .


…en la mañana primaveral, clara, mientras los vencejos trazan incansables sus ejercicios geométricos, una columna apretada y oscura, radicalmente negra, asciende. Su pedestal son las llamas que, tras la explosión, arden con intensidades rojizas y moradas desde los depósitos de la gasolinera. Ya en el cielo, el siniestro cilindro parece alcanzar la techumbre que sustenta y se disuelve sobre el lugar en un artesonado sombrío de pestilente neblina. Los habitantes salen apresurados a los balcones, aún vestidos con las túnicas blancas de la noche, se asoman a las ventanas, despeinados, legañosos, hipnotizados por el caótico canto de las sirenas municipales…